Atrapado.

Ayer por la tarde me encontré con un antiguo amigo y su novia. Hacía meses que no los veía, de hecho no suelo verlos casi nunca. Antes salíamos todos juntos, buenos tiempos de promesas y vida fácil, pero al empezar su relación se separaron del grupo. Os hablo de hace 5 años. La vieja historia de siempre, pensaréis.

Después de tanto tiempo poco importa que se hayan apartado del resto de amigos. Allá cada cual. Se trata del típico caso de chico conoce a chica y ambos desaparecen del mapa, culpando a la novia de haber secuestrado a su amigo. Solo que la culpa es de él.

El caso es que me los encuentro y nos paramos a hablar, puesta al día de nuestras vidas, y yo no podía concentrarme en la conversación. Su novia me hablaba y yo ausente en el pasado remoto, recordando esa misma boquita comiendo polla en su garage... o aquella otra vez que follamos en un parque.

Fue antes de que se juntasen ellos, por supuesto. Lo llevamos en secreto, a espaldas del resto de amigos. Puro sexo, sentimientos bajo cero. Nunca fue nada especial, aquellos recuerdos apenas me erotizan.

Ahora que la tengo delante parloteando me cuesta contener la risa, así que me concentro en lo que dice. Me hace gracia recordarla chupándome el rabo de rodillas en su garage de madrugada, me hace gracia la dificultad que tenemos para relacionarnos a veces las personas, entre nosotros nunca se habló de aquello, y entonces como ahora, lo más probable es que en esta ciudad termines follando con una amiga. Y menos mal que no recordé que la excitaban los insultos (nunca pude complacerla en ese aspecto), o no hubiese podido evitar una sonrisa estúpida.

Es seguro que ni ellos ni yo podremos nunca reirnos juntos de aquello. Hoy represento el otro papel masculino de esta comedia, el de novio amigo del antiguo ligue de su chica. Y los tres tan contentos.

El caso es que después de aquellos polvos en su casa me fuí a trabajar unos días fuera de nuestra ciudad. A mi vuelta ¡sorpresa mayúscula! ¡ellos se habían liado!

Reconozco que me puse celoso, ¡cojones, me habían quitado mi follamiga!, pero a la semana se me había pasado el berrinche. Conocí a mi ex y tiré para adelante.

Cuento todo esto porque estos días he cumplido 30 años y todo mi pasado parece haber sucedido hace muchísimos años. Y caigo en la cuenta de que hice todo lo destacable de mi vida hace años, sigo igual, haciendo siempre lo mismo. Cada año mi vida es una copia más devaluada de la misma versión Spiccoli 1.0

Llevo siete años atrapado en un bucle, en mi querida y odiada ciudad de provincias. Como dice un buen amigo... "y así van pasando los años".

¡Oh Bill Murray, enséñame a salir de esta!