El gentío se agolpa a la puerta de los locales buscando una copa más en la madrugada. Nosotros tres hablamos aparte, al margen del resto de gente con la que hemos salido. El tumulto casi no me deja escuchar la conversación, pero me imagino lo que mi chica le está diciendo a Sabrina.
-Eres muy guapa Sabrina... me da un poco de vergüenza -la desarma con esa sonrisa fácil y sincera tan suya-, pero la verdad es que me gustas mucho.
-¿Si?...
La alemana la mira ingenua, o quizás un poco borracha, el caso es que me parece adorable. Es delgadita, de piel muy blanca, pelo castaño anudado en rastas, un rostro agradable en el que destacan sus pequeños ojos azules y unos bonitos hoyuelos. En fin, no es una belleza, pero es guapa, exótica a su modo, natural... aunque casi no la conozco, no quiero extralimitarme en la descripción. El retrato psicológico tendrá que esperar. Por ahora tengo la certeza de que mi chica moja las bragas cuando Sabrina está cerca. Yo encantado, claro.
Sabrina, ese común objeto de deseo.
-Tú a mi también me gustas -le dice con su acento guiri- me gustas mucho.
-S y yo hemos pensado alguna vez en hacer un trío con alguna chica -le suelta sin preámbulos- alguien como tú.
-Si, es verdad -me siento lanzado, no risk no glory- ¿te apetecería hacer un trío ella, tú y yo?
Ella alucina.
-Pero... ¿lo habéis hecho alguna vez? Yo nunca lo he hecho.
Le decimos que no.
Mi chica le dice...
-Si hay alguna chica con la que lo haría sería contigo porque...
Los labios de Sabrina interrumpen lo que fuese que mi novia iba a decir. Ahora las dos se besan con ganas, sobándose tímidamente mientras sus lenguas se conocen. Aunque los comentarios me indican que no soy el único que alucina con el derrotero del asunto -todo nuestro grupo y parte de la fauna local comparten mi estupefacción-yo solo puedo mirarlas y disfrutar. No tardo en tener una agradable erección. Mi mente ya trabaja a mil por hora, imaginando las posibilidades.
A mi lado tengo a una amiga de Sabrina, una valkiria de tetas enormes, una giganta.
-¿Y tu qué? ¿Has hecho un trío alguna vez?
Me dice que si, que con dos tíos, y que le gustó mucho. Tócate los...
Por fin se despegan una de la otra y aprovecho para acercarme y tomar parte con un breve beso. Sigo siendo un cortado, me intimida la presencia de mi chica, que pueda sentir celos. Si, ya se que soy subnormal. Me lo digo a menudo, aunque pocas veces con tanta razón.
Sabrina nos dice que otro día si, que otro día nos lleva de paseo a su cama. Maldita sea, otro día no existe, solo hoy, ¿por qué posponerlo? Al parecer su ex anda suelto por las inmediaciones y no quiere herirlo. Así que nos despedimos con promesas, es tarde y cada mochuelo a su olivo.
Al llegar a casa... bueno, esa es materia para otro apunte. ¿No les parece?
Espero que les haya resultado tan frustrante leer esto como a mí vivirlo.
Insúltenme, me hacen falta estímulos para dejar de ser tan gilipollas.
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