Vicio de ella.

Se avecina un año difícil. Lejos de mi chica, amarrado a una mesa de estudio en mi querida y odiada ciudad natal. Ante semejante panorama rememoro lo que han sido los últimos meses de convivencia conyugal... y me sorprendo de lo bien que ha ido. ¡Y no me he cansado de ella! Carajo, si, la quiero más aún. Por muchas cosas que no vienen a cuento, y por algunas que atañen a la temática de este blog. Baste mencionar tres de ellas:

-Mujer curvilínea: Caderas anchas, culo grande y buenas tetas. Amén.

Culo grandioso.

-Las pajas: Para un pajero vocacional como yo es un placer que tu chica comparta la afición por la autosatisfacción y el porno. Ponemos un video de alguna de las chicas que nos gustan, lo comentamos y nos vamos calentando. En esas conversaciones subidas de tono ella se dedica a ponerme aún más cachondo, mientras chupo sus preciosas tetas 95c me cuenta situaciones que sabe me vuelven loco, o me interroga sobre las pajas que me hago y quien las motiva. En otras ocasiones me siento delante del pc a disfrutar del video de turno mientras ella me tortura con su exquisita técnica manual. Una locura, se lo aseguro.

-Polvos con ella encima: No me equivoco si les digo que tenerla encima mío es el mejor polvo de mi vida. La obligo a que me folle erguida y la disfruto, la devoro visualmente y me emociono, como quien disfruta de una obra de arte. Siempre le digo lo preciosa que es y se sonroja. Esa vergüenza genuina, pura, la visión de sus tremendas caderas embistiendome y sus tetas saltando descontroladas nunca me decepcionan. Se las estrujo fuerte, muy fuerte, hasta vaciarme.

Visión celestial.

Este año la voy a echar de menos. Y es que me parece que tengo síndrome de abstinencia.
La consecuencia positiva es que tendré más tiempo para escribir aquí.