Día de playa.

La escena del crimen.

Aquel día me fuí a la playa con mi chica. Había bastante gente para esa época del año. Era abril, aunque ya hacía calor. Nos buscamos un sitio solitario con pocos testigos. A veinte metros de nosotros una pareja y un poco más allá un hombre solo. 

Mi chica se tumba a tomar el sol en topless. Tiene un cuerpo precioso. Tetazas. Soy un obseso de las tetas y con las suyas la cordura se va de viaje. Cuando toma un poco el sol parece mulata. Me encanta fantasear con eso. Me imagino que es una jinetera del malecón, un dulce de café. Empiezo a acariciar esa piel suave y dorada, demando un poco de atención. Nada más tocarla mi polla reacciona. Es automático, y ella siempre se da cuenta. Se rie de mi. Me coje una mano y la mete bajo la braguita del bikini. El monzón. 

La otra pareja también se calienta. El vecino se ha unido a la fiesta, y nos hace un amplio reportaje con el móvil. La situación es puro morbo, la tengo tan dura que me duele. Entramos en DEFCON2. 

Comenzamos a pajearnos mutuamente con desespero y poco disimulo. No tardamos en mudarnos a las dunas cercanas. Entre las hierbas altas podemos disfrutar sin problemas. Me tumbo en la arena y ella se apresura a quitarme el bañador. Se queda mirando mi polla un instante, muy orgullosa, antes de metérsela en la boca. Comienza a chuparla, arriba y abajo, con ganas. A nuestro lado pasa caminando un hombre. Ella está en lo suyo y no se da cuenta de nada. El intruso ve todo el show perfectamente. Demasiado para él, se va asustado, mirando de vez en cuando para atrás. Una pena.

Al reportero no le daría miedo. Debe estar en las cercanías, sacando fotos o quien sabe, quizás pajeándose a nuestra costa. Espero que sea esto último.

Ahora ella se monta encima mío. La picardía en los ojos y la samba en la cintura. Me recreo en la vista de su hermoso cuerpo y en sus tetas perfectas. Me destroza. Me folla bien erguida, que la vean. No resisto ni tres rounds. Luego se tumba a mi lado, piernas bien abiertas. Se bien lo que le gusta, y la masturbo lentamente, que lo disfrute. Acaricio su cuerpo sudado, hundo mis dedos en la charca de su entrepierna. Ella tampoco aguanta mucho.

Un buen día de playa.