Últimamente me he dado cuenta de que soy una persona frágil, demasiado sensible. Me afectan demasiado los reveses, las heridas que uno va acumulando no cicatrizan bien, duelen. Me quedo dando vuelta a los mismos hechos dolorosos una y otra vez, sin superarlos, encontrando cada vez nuevos aspectos sobre los que torturarme.
¿Qué ha sido del macho ibérico? ¿Existió en realidad? Me gustaría ser invulnerable, arrogante y despectivo, un hijo de puta en realidad.
Eso estaría bien, aunque claro, ya no sería yo.
¿Por qué cuento todo esto? No todo va a ser concupiscencia, sexualidad, deseo, y aunque no lo parezca, detrás de todo eso hay alguien que siente.
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